martes, 19 de agosto de 2014

Infelicidad laboral


Cuando hablo con personas que aun mantienen su antiguo puesto de trabajo e indago sobre su calidad de vida en el mismo, la mayoría coinciden: “ya no es lo que era”.

El trabajo, junto con la familia, los amigos, el arte o el deporte, es uno de los ámbitos más importantes que tiene la persona para sentirse realizado y feliz consigo mismo y con su vida.


Cuando ese ámbito se ve afectado por situaciones externas que escapan a nuestro control y nos
vemos inmersos en recortes, expedientes de regulación de empleo, congelaciones de sueldo y miedo generalizado, hay muchos que, si bien conservan el trabajo, se han despedido interiormente. Ya no están en la empresa, pero ni ellos mismos se han dado cuenta. Por lo general, esto sucede cuando la distancia entre lo que esperamos y lo que obtenemos se hace insalvable, y terminamos decidiendo que lo mejor es hacernos invisibles. Así se lastiman las relaciones, con nuestros compañeros y, lo que es peor, con nosotros mismos. Al final nos sentimos solos, aislados e incomprendidos. ¿Cómo hemos llegado a esta situación? ¿Cómo evitar que la inercia nos empuje?

Esa actitud nos genera  infelicidad laboral que nos lleva a convertir nuestro trabajo en una prisión.

jueves, 14 de agosto de 2014

Cómo ayudar a un familiar con depresión

Inmersos como estamos en un proceso de cambio, donde se desmoronan muchos de los principios que considerábamos intocables, cosa que hace que la incertidumbre sea muy elevada, no todas las personas lo gestiona de igual manera. Los trastornos psicológicos, y la depresión en concreto, está causando auténticos estragos en nuestra sociedad. La depresión, dejémoslo claro, es una enfermedad mental del primer mundo, rico y materialista. En países de baja renta, la depresión no tiene lugar.

A diario está muriendo gente por culpa de la depresión, pero como siempre, solo nos hacemos conscientes de ello cuando le sucede a una persona de renombre, como es el actual caso de Robin Williams. Siguiendo los deseos y consejos de una amiga, hoy publico un artículo relacionado con la depresión.

He preferido dirigirlo no hacia la persona deprimida, sino hacia las personas que conviven con personas con posibles síntomas de depresión, que como siempre, son los que más pueden ayudar a estas personas enfermas ya que convivir con una persona deprimida, es una situación muy estresante y que si no se gestiona de manera correcta, al final, acaba pasando factura a quien lo padece.

lunes, 11 de agosto de 2014

Paradoja del Equilibrio



Todo en ésta Vida requiere de equilibrio. La sabiduría popular bien lo ha bautizado como “el sabio término medio”, Rafael Santandreu lo llama homeostasis.

Lo paradójico es que por hablar de término medio, se podría confundir con mediocridad, siendo que es justamente lo contrario, nada más difícil de lograr  el equilibrio. Y todo es cuestión de medida, de lograr el justo medio o lo que en lenguaje coloquial se dice: “Ni muy muy, ni tan tan".

Leía hace unos días, una experiencia que explicaba un directivo de una compañía de seguros en la que reunieron al alto nivel directivo de la compañía en una junta de planificación en la que se trabajó tanto en integración, como en diversos aspectos de desarrollo humano y les pusieron un ejercicio en el que se debían de dar retroalimentación (feedback) unos a otros.

Los dividieron en equipos de seis personas y el ejercicio consistía en decirle a cada miembro del equipo cuatro de sus mejores virtudes y el peor de sus defectos.

Explica que para todos fue una sorpresa y un gran impacto descubrir que en todos los casos, sin excepción, nuestro peor defecto, resultaba ser nuestra mayor virtud, pero utilizada en exceso.

Este resultado, nos muestra un riesgo del que muchos de nosotros no somos conscientes, el riesgo que existe en pasarse de aderezo cuando usamos nuestras principales destrezas. Y es que no importa que tantas habilidades y dones se nos haya otorgado de manera natural o vayamos desarrollando en nuestro caminar por la vida. Si las utilizamos en exceso, se tornan negativos en una vuelta de campana impresionante.

Con esto, hemos de caer en la cuenta, de que lo mismo ocurre en todos los ámbitos de la vida. Ya sea en la atención que prestamos a nuestra gente más querida o incluso a nuestra pareja, si se exagera, algo bueno, se torna negativo. Bien dice el dicho: “Ni todo el Amor, ni todo el dinero".
Ni más ni menos, el sabio término medio, el tan buscado “Equilibrio”, tan difícil de lograr. Para ello se requiere sabiduría y entendimiento de vida.

Albert Ellis decía: “ que ser virtuoso consiste en tener la suficiente serenidad, para aceptar las cosas que yo no puedo cambiar, pero también dame valor, valentía, empuje y entusiasmo para poder cambiar las que puedo cambiar, y tener la sabiduría que hace falta para discernir entre lo que puedo y lo que no puedo cambiar.”

Como última vuelta de tuerca a lo dicho por A. Ellis, tenemos a otro psicólogo cognitivo, Walter Riso, del que ya he publicado algún artículo basado en su teoría, y del que recomiendo la lectura de sus libros,  que, rizando el rizo, nos comenta:
"Lo que define la virtud no es la perfección del rasgo, sino el equilibrio dinámico y sutil entre los extremos del continuo. Eso implica, que el centro no es estático.” 
 En conclusión, la virtud no está en la cualidad o habilidad en sí y ;mucho menos, en el exceso de esa cualidad o habilidad, sino en saber administrar las dosis en su justa medida en cada momento o situación, como ya dijo Paracelso en su momento.



Haz lo que amas, ama lo que hagas.

Toni Aznar
Psicólogo

lunes, 4 de agosto de 2014

Más sobre aceptación incondicional

 “En esta vida todos somos aprendices puesto que la vida es tan corta que no da para más”.                                                                                                                    Charles Chaplin


Un aspecto nuclear del trabajo que realizo durante mis terapias, es el de entender e integrar en nuestra cabeza el término de la autoaceptación incondicional de uno mismo. La clave de este trabajo es la siguiente: yo soy una persona valiosa por el hecho de existir y por mi capacidad de amar. Eso sí, soy humano y eso me convierte en falible, por tanto en un ser imperfecto. Nos guste o no, somos imperfectos y así es como nos tenemos que aceptar.