Pero no solo eso, el ser humano tiene la capacidad de valorar su comportamiento, por lo que ante lo que se considera un comportamiento personal inadecuado, se vuelve a dar un juicio de valor que vuelve a generar unas emociones determinadas, que o serán adaptativas o vendrán a complicar un poco más las cosas.
Nos ponemos de los nervios ante una situación y por ponernos de los nervios ante esa situación nos sentimos doblemente mal. Nos decimos a nosotros mismos que no nos deberíamos poner así, que deberíamos controlar la situación.
A esto le llamamos el ABC secundario que responde a la siguiente pregunta: ¿Cómo te sientes por sentirte así de ansioso, por ejemplo? Podemos sentir igualmente ansiedad o rabia o depresión… Lo que ocurre cuando nos pasa esto es que agravamos el problema inicial. Vamos a poner un ejemplo práctico:
- Acontecimiento (A): Estar en una reunión de amigos en un recinto cerrado.
- Sentimientos (C emocional): Ansiedad.
- Conducta (C conductual): Taquicardias, sensación de no poder respirar…
- Pensamientos (B): No soporto los recintos cerrados!!!, si estoy en un recinto cerrado me voy a morir!!!, tengo que irme porque no lo puedo soportar!!!
- Acontecimiento: Sentirme ansioso en esa reunión de amigos.
- Sentimientos: Ansiedad
- Pensamientos: No debería sentirme ansioso. Soy un gusano por no poder estar tranquilo en una reunión de amigos sea dónde sea!!!. Debería estar tranquilo en esa reunión de amigos.
Es por tanto el ABC secundario y hay que trabajar las dos ansiedades y por tanto los pensamientos irracionales que se generan en las dos situaciones. Si os dais cuenta en los pensamientos irracionales de las dos situaciones no hay más que exigencias que nos inventamos. En definitiva rigidez.
Es interesante trabajar primero este ABC secundario: La ansiedad por sentirme ansioso porque nos bloquea y no nos aceptamos a nosotros mismos con esa ansiedad. Es interesante trabajar la aceptación incondicional de uno mismo aunque tengamos ansiedad!!!, tener ansiedad no nos quita valor como personas!!! Si la ansiedad no se fuera nunca tampoco sería tan grave, no es un problema tan gravísimo!!!, trabajaremos para no tener ansiedad pero si no lo consiguiéramos y no se fuera nunca pues tampoco pasaría nada, es simplemente incómodo y de eso no nos vamos a morir!!!
Ahí van algunos pensamientos racionales que nos pueden servir para cuestionar esos pensamientos irracionales que son los que nos provocan la ansiedad por sentirnos ansiosos:
- No tengo que menospreciarme a mi mismo, si de manera absurda me pongo ansioso.
- Mi ansiedad es una incomodidad, pero yo no soy malo o inadecuado por ello.
- No siempre tengo que sentirme tranquilo y no es terrible cuando no lo estoy.
- Puedo soportar la ansiedad: Es incómoda pero no me va a matar.
- No es necesario tener un control perfecto de mis momentos ansiosos. El exigirme esto sólo aumenta mis síntomas.
- Los otros no tienen por qué tratarme como un niño cuando me siento intranquilo.
- El mundo no tiene por qué facilitarme las cosas para controlar mi ansiedad.
- La ansiedad es sólo una parte de la vida, no lo es todo en la vida.
- Mi sistema nervioso sobre-reactivo es parte de mi vida, no lo es todo en mi vida.
- Puedo llevar mi ansiedad conmigo, cuando voy a lugares o hago cosas que me atemorizan.
- Controlar mi ansiedad no es el centro de mi vida.
- La tranquilidad es agradable pero no es necesaria.
- No tengo por qué ser la única persona en el mundo que está tranquilo todo el tiempo.
- La ansiedad y el pánico son molestos, pero no terribles.
- La ansiedad es temporal.
- Si me siento ansioso, me siento ansioso y punto.
- Yo puedo padecer de ansiedad, pero yo no soy mi ansiedad.
- Los sentimientos de incomodidad, nervios e inquietud pueden interferir en mis tareas, pero puedo soportar el hacer mis tareas con esos nervios.
- Mi ansiedad es sólo incómoda.
- Es preferible enfrentar las actividades que considero me van a poner ansioso, en lugar de evitarlas para poder controlar mi ansiedad en el futuro.
- Puedo impulsarme a hacer cosas que sé que me van a poner ansioso.
- Yo puedo ir hacia mi ansiedad y no esperar que ella venga a mí.
- Mi vida no depende de sentirme tranquilo todo el tiempo.
Por lo tanto, a modo de conclusión, pretender no tener ningún tipo de inconveniente es tan irracional como tenerlos por motivos exagerados. La aceptación de esta realidad, de que no somos perfectos, que tenemos días buenos y malos, que nuestra ansiedad es nuestra y también forma parte de nosotros, no eliminará mucha presión en forma de auto-exigencias. Esta presión no hace más que perturbarnos e incrementar nuestro malestar. Dicho esto, la ansiedad, en este caso, no tiene nada de malo, en todo caso, es molesto o un incordio, pero nada tan grave como para que nos tengamos que preocupar.
Haz lo que amas, ama lo que hagas
Toni Aznar