Si logramos la aceptación incondicional de nuestra pareja dejaremos de quejarnos tanto puesto que aunque el otro no actúe de la mejor manera… nosotros vamos a seguir estando bien. El verdadero amor es en el que no hay exigencias y existe la auto-aceptación incondicional de uno mismo y de la pareja.
Es un tema polémico. En el curso que estoy llevando a cabo sobre "Familia y éxito escolar", trabajo con familias interesadas en mejorar su funcionamiento como tal. Durante las sesiones tratamos de temas más técnicos y prácticos, como pueden ser los límites, las normas, la comunicación eficaz o el afecto y sus efectos en el establecimiento de vínculos, pero también tratamos sobre temas que incitan más a la reflexión, entre ellos, el tema estrella es
EL AMOR INCONDICIONAL.
Parejas fuertemente establecidas, les resulta incomprensible esa falta de condición en una relación. Pensamos en términos de contrato, tenemos una percepción social mercantilista, donde se da a cambio de algo. No damos sin esperar nada a cambio: nos han educado así.
Cuando damos esperando algo a cambio, aparecen las expectativas, que aquello que yo espero conseguir si realizo un determinado esfuerzo. En principio no tiene ningún problema, todos fantaseamos con los logros de nuestras acciones, el problema comienza cuando nuestra pareja, en este caso, no cumple nuestras expectativas. Difícilmente revisaremos si nuestras expectativas son o no son realista, nos resulta más fácil culpar a nuestra pareja de "no estar a la altura".
Desde la crítica destructiva, la exigencia y las obligaciones no se construye ni se ha construido nunca una relación de pareja basada en el amor. El verdadero amor es un amor en el que no exiges y en el que no existe la queja.
Aprender a valorar lo bueno y lo malo dejarlo estar.
Con los hijos es más fácil practicar ese amor incondicional pero con las parejas nos cuesta mucho más.
No somos perfectos, ni nuestras parejas tampoco, es la realidad, por tanto aunque sepamos en qué consiste el verdadero amor a la vez también nos tenemos que permitir esas quejas que de tanto en tanto van a surgir. Pero el mensaje de "no soporto más a mi pareja, es insoportable", muchas veces no es real. Hemos de trabajar en la dirección adecuada para darnos cuenta de que no es lo que hace nuestra pareja lo que nos afecta sino que es lo que pensamos sobre lo que hace nuestra pareja lo que nos pone mal.
Haz lo que amas, ama lo que hagas
Toni Aznar