Para
finalizar esta presentación basada en analizar cómo funciona
nuestra mente, cuales son sus tendencias para comprender porque
pensamos como pensamos y porqué actuamos como actuamos, os presento
el último modelo de funcionamiento, que como ya dije en artículos
anteriores, estos procesos nunca actúan de forma independiente y
solitaria, sino de forma interrelacionada, y reforzándose unos a
otros, pero no solo en el aspecto negativo, también sucede cuando
pensamos y creemos bien.
Las
estrategias evitativas y compensatorias.
Las
estrategias de evitación también ayudan a la autoperpetuación de
los esquemas negativos, aunque de una manera más indirecta que las
profecías de autorrealización. La psicología humana se mueve en
una contradicción esencial: mientras que de manera consciente
queremos dejar de sufrir y eliminar las creencias irracionales
responsables de nuestro malestar, de manera no consciente reforzamos
nuestros esquemas negativos evitando cualquier confrontación que los
haga tambalear. Un buen símil sería como si viviéramos con un
enorme y furioso perro al cual le tuviéramos miedo y aún así, lo
alimentamos cada día para que esté más fuerte y grande.
Un
joven ejecutivo prefirió perder su trabajo a tener que enfrentarse
al miedo de hablar en público, la evitación se impone a la razón.
Tendemos
a preferir el alivio del escape a la posibilidad de desaprender las
viejas ideas que tanto daño les habían causado, aunque fuera
incomodo o doloroso. Como en tantos otros aspectos de la vida, hay un
sufrimiento inútil, que implica un estancamiento to irracional, y un
sufrimiento útil, que nos hace ver las cosas como son, para luego
modificarlas.
La
conclusión es clara: la conducta de evitación fortalece los
esquemas negativos porque impide su confrontación con la realidad.
Es una forma directa de autoperpetuación, ya que se pierde la
oportunidad de “desaprender lo malo”.
Desde
una psicología de tendencia cognitivo conductual recomiendan
afrontar las situaciones temidas de forma experiencial (hablar en
público, subir a un avión, jugar con arañas...) pero desde la
perspectiva de la Psicología Cognitiva, que es la que yo trabajo y
aplico en terapia psicológica, actuamos sobre los esquemas
negativos, las creencias irracionales y las ideas erróneas. Los
miedos están en nuestra mente y no fuera. Si no cambiamos nuestra
forma mental de interpretar una situación, experimentar que no
sucede realmente lo que esperas, no te asegura que ese miedo o temor
no se focalice en otro aspecto o situación. Lo que hemos de trabajar
son las creencias que nos hacen evitar una situación determinada, no
la conducta en si, ya que no es más que un síntoma de nuestra
errónea forma de pensar. Evitamos porque pensamos erróneamente que
evitar es la mejor opción.
Como
en una infección, el analgésico solo calma el dolor, uno de los
síntomas, pero no cura la infección que es la causa del dolor. Solo
con antibióticos se puede eliminar la causa del dolor.
Disfruta de lo cotidiano.
Toni Aznar