dentro de nuestra rutina habitual, en ocasiones, actuamos de forma tan automática que no nos paraos a reflexionar sobre el impacto o la utilidad de muchas de las actuaciones que tenemos como madres y padres.
Tal como dicen, la experiencia no sirve de nada sino se reflexiona sobre ella, os propongo una serie de preguntas reflexivas alrededor de nuestras funciones como educadores.
Son una serie de preguntas que nos van a ayudar a:
- Hacernos conscientes de nuestro aprendizaje como madres y padres.
- Nos ayudan a encontrar e identificar nuestras limitaciones, nuestros talentos, estrategias y conocimientos previos y nuevos.
- Con estas preguntas aprendemos como madres y como padres analizando nuestro propio pensamiento.
- Son preguntas que nos van a permitir cambiar nuestra óptica sobre cómo actuamos con nuestras hijas e hijos,
- nos van a permitir trazar una estrategia para lograr un objetivo a más largo plazo y no solo solventando el día a día, de forma mecánica y automática.
- Nos va a ayudar a no reaccionar de forma impulsiva y a reflexionar sobre cuál ha de ser nuestra actitud en cada momento.
- Nos va a proporcionar algo que el ser humano busca desde tiempos inmemoriales: el control de la situación. Si decidimos de forma consciente cuál va a ser nuestra respuesta, independientemente de los resultados obtenidos, tenemos la sensación de control, la sensación de que no son los acontecimientos los que nos dominan, arrastran y llevan a su terreno.
Yo decido cómo actuar, yo cojo las riendas de mi vida.
Preguntas de este tipo hay muchas, solo os dejo un pequeño recopilatorio:
- Nos hacemos conscientes del tipo de pensamiento que utilizamos para enfrentarnos a los problemas
- ¿Qué he aprendido?
- Describimos la estrategia empleada
- ¿Cómo lo he aprendido?
- Evaluamos la efectividad de las estrategias empleadas
- ¿Qué ha sido lo que más me ha costado y lo que menos?¿Lo más y menos eficaz?
- Podemos planificar y adelantar futuras intervenciones con nuestras hijas e hijos.
- ¿Cómo puedo mejorar? ¿Cómo puedo evitar el error y ayudar a todos a crecer?
- ¿Para qué me ha servido este año? ¿Soy mejor padre y persona que hace un año? ¿Qué he aprendido? ¿Qué cosas debo modificar este año para que mi familia funcione mejor? ¿Qué debo cambiar?
- ¿Qué ha sido lo más difícil? ¿Y lo más fácil? ¿Y lo más entrañable o divertido? ¿Soy capaz de mejorarlo?
- ¿Cuáles son los errores que más se han repetido este año con mi hija/o?
- ¿Qué puedo hacer para que mejore la convivencia en mi familia? ¿Qué puedo hacer para que mi familia sea más feliz? ¿Es mi hijo feliz? ¿Qué he hecho que no ha contribuido a que mi hija/o sea una persona segura y que puedo hacer para ayudarle?
- ¿Qué he hecho para que mi hija/o se involucre en su cambio y para que aprenda a solucionar sus propios problemas y no sea dependiente de mi?
- ¿Hemos sido una familia/equipo o cada uno de nosotros ha buscado su camino por separado?
Dentro de nuestras obligaciones como madres y padres está la de educar a nuestras hijas e hijos de forma que les facilite la integración social en la sociedad en la que vive, por ello, es importante aprender estrategias para educar mejor a nuestros hijos e involucrarlos en el proceso, par así, aprender por ellos, aprender con ellos y aprender de ellos.
Haz lo que amas, ama lo que hagas
Toni Aznar