La legalización de la marihuana parece cada día más inevitable. Mientras algunos políticos y destacados individuos salen en defensa de la legalización o al menos despenalizar las diferentes cantidades de hierba, la aceptación general del uso relacional de la droga parece una conclusión obvia. Pero, ¿hemos comprendido por completo los efectos en la salud de la marihuana?
Desde tiempos ancestrales, el ser humano, ha buscado la alteración de su conciencia, ya sea con fines religiosos, espirituales o lúdicos. Pocas son las culturas en las que no existe alguna substancia psicotrópica para “colocarse” en esos diferentes estados de consciencia. Aún así, no es motivo para justificar su uso de forma generalizada y mucho menos para insinuar su “poco efecto” y por ello reforzar el uso recreativo de la marihuana.
Que les preguntes a aquellos familiares que tienen seres queridos afectados por
adicciones a drogas “lúdicas”, tanto legales como ilegales, y veremos que la influencia del consumo de una droga, no tiene efectos solo a nivel biológico, ya que las personas somos entes complejos y nuestra realidad es un modelo de funcionamiento bio-psico-social.
El estudio que os presento, confirma, una vez más, que el efecto del consumo de la marihuana de forma recreativa es mucho más perjudicial de lo que se escucha desde algunos estamentos. Así, para poder elegir libremente lo que queremos hacer con nuestra vida, primero debemos tener suficiente información y obrar en consecuencia.
"De acuerdo a un nuevo estudio publicado en el Periódico de Neurociencia, investigadores de Harvard y Northwestern han estudiado los cerebros de personas de 18 a 25 años, la mitad de los cuales fumaba hierba recreacionalmente y la otra mitad no. Lo que descubrieron fue bastante impactante: Incluso aquellos que sólo fumaban un par de veces a la semana presentaron anormalidades cerebrales significativas en las áreas que controlan la emoción y la motivación.
“Hay una perspectiva general ahí afuera de que el uso recreacional de la marihuana no es un problema- que es una droga segura,” dijo Anne Blood, co-autora del estudio. “Hemos visto que ese no es el caso.”
La ciencia
Estudios similares han descubierto una correlación entre el uso frecuente de la hierba y anormalidades cerebrales, pero esta es la primera vez que un estudio ha descubierto la misma conexión en los usuarios recreacionales-. Las 20 personas en el “grupo de marihuana” del estudio fumaban cuatro veces a la semana en promedio; siete de ellas sólo fumaban una vez a la semana. Aquellos en el grupo de control no fumaban nada.
“Nos fijamos específicamente en las personas que no presentaban ningún impacto adverso con la marihuana –no había problemas en el trabajo, colegio, con la ley, en sus relaciones, ni problemas de adicción,” dijo Hans Breiter, otro co-autor del estudio.
Usando tres técnicas de neuroimagen diferentes, los investigadores observaron el
núcleo accumbens y la
amígdala de los participantes. Estas áreas son las responsables de medir el beneficio o la pérdida al momento de hacer ciertas cosas, y de proveer los sentimientos de recompensa de las actividades placenteras, como la comida, el sexo y las interacciones sociales.
“Esta es una parte del cerebro que de ninguna manera quieres tocar,” dijo Breiter. “No quiero decir que estas son partes mágicas del cerebro- ya que todas son importantes. Pero estas áreas son fundamentales en términos de que determinan lo que la gente encuentra placentero en el mundo y sirven para medir esas cosas en comparación con las malas.”
Impactantemente,
cada una de las personas en el grupo de marihuana, incluyendo aquellos que sólo fumaban una vez a la semana, presentaba anormalidades observables. En el núcleo
accumbens y en la amígdala se observaron cambios en las densidad, volumen y forma. Aquellos que fumaban más tenían variaciones más significativas.
¿Qué sucederá después? Los co-autores del estudio admiten que el tamaño de la muestra era pequeño. Su plan ahora es realizar un estudio más grande que no sólo observe las anormalidades cerebrales, sino que también las relacione a los resultados funcionales. Ese sería un paso importante en esta ciencia, porque, en la actualidad, la investigación indica que el uso de la marihuana podría causar alteraciones al cerebro, pero no está claro lo que eso podría significar realmente para los usuarios y sus cerebros.
Pero por ahora, ellos apoyan sus resultados.
“La gente piensa que un poco de marihuana no debería causar un problema si alguien se está desempeñando bien en el trabajo o colegio,” dijo Breiter. “Nuestra información confirma directamente que esto no sería así.”
Yo, cómo psicólogo voy más allá. Ya no me pregunto si la droga de turno es perjudicial o no para la salud, que estudios como este demuestran que sí, me pregunto, cómo esas alteraciones biológicas repercuten a nivel psicológico. ¿Y a nivel social?
Como psicólogo, mi objeto de estudio es el individuo, la persona. Me centro en cuales son las ideas o creencias que una persona sostiene y defiende que le dificultan o le imposibilitan tener una vida gratificante y plena. Me pregunto, qué lleva a una persona a consumir ya sea de forma lúdica o de forma compulsiva. Sin duda, una de las ideas irracionales más habituales que generan este tipo de comportamientos,
es pensar, creer que este mundo en que vivimos es una basura, un mundo en el que no vale la pena vivir, donde no tiene sentido hacer nada con intención a medio-largo plazo, por lo tanto, tienen una baja tolerancia a la frustración, (pues el mundo en el que viven no es como ellos exigen que sea), refugiándose en el consumo. Hábito que a corto plazo es efectivo, pero a medio-largo, comporta muchos más problemas.
Es por ello, que cuando escucho a esos intelectuales recomendando e incentivando el uso de drogas como signo de libertad personal, me gusta recordarles que no hay peor esclavitud que aquella de la que “dependes” de algo externo. La libertad, nuestra libertad tan ansiada no reside fuera de nosotros, sino dentro. Siempre ha estado con nosotros.
Haz lo que amas, ama lo que hagas
Toni Aznar