Mantener relaciones sociales cordiales, constructivas y
enriquecedoras no resulta tarea fácil. Todos somos únicos y especiales, y los
adolescentes no son menos.
recordemos que el mundo en que vivimos es construido por y para los adultos y
si a nosotros, en ocasiones nos resulta complicado movernos en él de forma
fluida, pongámonos por un momento en la situación de los adolescentes.
Viven entre dos mundos y en ninguno de
ellos se les reconocen derechos plenos, ni son niños ni son adultos. Si a
estos cambios a nivel social le añadimos los que tiene lugar a nivel biológico
y psicológico, se encuentran inmersos en un follón monumental.
Dicho ésto, existen una serie de consejos
que nos ayudarán a mantener una buena relación con los adolescentes.
Aunque a veces olvidemos que no dejan de ser personas, únicas y especiales como
somos todos y que no necesitan ni más ni menos que cualquier otra persona para
sentirse bien consigo mismo y con los demás, ¿no?
Mantenerse en contacto
Mantener la comunicación con ellos, al
igual que con otras personas, es fundamental, incluso cuando todo va bien.
Compartir con ellos nuestras experiencias o vivencias, hace que seamos más
cercanos. han de sentir que nos interesamos por sus vidas, no que sólo nos
preocupamos por ellos. A nadie le gusta sentirse ignorado, a ellos/as tampoco.
Tratar a los adolescentes como tales
Es cierto que aun no son adultos, pero tampoco son niños, hemos de
ser consecuentes con sus cambios, tratarlos como futuros adolescentes y no ser
condescendientes con ellos, ni infravalorando sus capacidades de comprensión
para cuestiones de adultos. Hemos de ser honestos con ellos y ellas, será una
muestra más de respeto hacia ellos, cosa que valorarán y nos ofrecerá
reconocimiento, respeto y confianza por su parte.
Ser considerados
A todos nos gusta que recuerden nuestras fechas importantes, los
adolescentes no son menos!! No es imprescindible asociar el recuerdo a un regalo,actividad especial, solo mostrando que nos hemos acordado estamos señalando
que para nosotros son importantes y pensamos en ellos.
Pequeñas muestras de que nos acordamos de ellos, de que los tenemos presentes,
sin que haya un motivo especial, también son actos que los adolescentes valoran
mucho, y nos permite mantenernos cerca emocionalmente de ellos. (Reconozco que
a mi también me gusta!!!)
Reconocer los esfuerzos especiales
No los subestimemos!!, son capaces de mucho más de lo que pensamos
y de lo que ellos mismos piensan de si mismos. Si han mostrado un esfuerzo
sostenido, han logrado un éxito o se han comportado de forma adecuada,
cooperativa o colaborativa, anteponiendo las necesidades de otros a las suyas,
debemos reconocerles el esfuerzo que eso supone
Decirles que los queremos
Estoy convencido de que todos amamos a nuestros hijos e hijas,
pero, ¿les decimos con frecuencia lo mucho que los queremos? Tendría que ser un
hábito diario decirles cuanto los queremos, y lo incondicional de este amor.
Dar apoyo
Si han tenido un mal día, las cosas no han salido como esperaba y
se ha decepcionado, hemos de estar ahí. Acogiéndolos y dándoles nuestro
consuelo, están cada día más cerca de ser adultos pero aun no tienen
suficientes recursos para afrontar ciertas situaciones. Hemos de escucharlos y
darles consuelo y apoyo. Es una muestra de que estamos a las verdes y a las
maduras, que pueden confiar en nosotros.
Evitar las burlas hirientes
Con todo el mundo, solo faltaría, pero con los adolescentes aun
debemos ser más cuidadosos. Estan construyendo una nueva identidad y ciertas
burlas o comentarios pueden ser muy hirientes y si además los dejamos en
evidencia delante de otras personas, sus reacciones pueden ser de lo más
irascibles. La falta de auto control emocional y de gestión de sus emociones
está en plena construcción. Una agresión de este tipo nos distancia kilómetros de ellos...
Usar el humor y divertirse
Ser padres o madres no significa que no podamos pasar un buen rato
con nuestros hijos e hijas. Hacer bromas o reírnos de nosotros mismos hace que
se generen unos vínculos emocionales muy fuertes, y predicamos con el ejemplo:
pocas cosas son tan serias como para no poder reírse de ellas.
Valorar los puntos fuertes especiales de
los adolescentes
Estamos muy condicionados para solo percibir los fallos o errores
en los demás, e incluso en nosotros mismos, pero debemos hacer un auténtico
esfuerzo tanto por aceptarnos incondicionalmente como para hacerlo con nuestros
hijos adolescentes.
Localicemos los puntos fuertes de nuestros adolescentes y
potenciemolos, de ahí surge el talento. Comentarios comparativos con otros
adolescentes no les ayudará a sentirse bien con ellos mismos, y a la vez, se
alejarán de nosotros. A nadie le gustan los comentarios hirientes, ¿verdad?
Hay que reconocer sus puntos fuertes y que los adolescente sepan que los vemos
y valoramos.
Límites y normas
No hay mayor sensación de respeto hacia la persona y de
reconocimiento que permitirle crear sus propias normas y límites para
regularse. Es más fácil cumplir unas normas propias y respetar unos límites
autoimpuestos que impuestos por una autoridad externa, sea la que sea. La participación
genera compromiso.
Ser auténticos con los adolescentes
Ser sincero, abierto y respetuoso demuestran que los queremos. Buenos
modales a la hora de relacionarse muestran cariño y respeto. Por lo que mostrar
cariño, afecto y respeto es la mejor forma de asegurarse que recibiremos lo
mismo por parte de los otros, sean o no adolescentes.
Espero que haya quedado clara mi intención durante todo el artículo, que no es otra que la de eliminar esa "demonización" que sufre hoy en día la adolescencia por una parte de la sociedad que parece que rentabiliza esa idea de forma pudiente.
Tal como indicaba al inicio del artículo, todos somos único y especiales, ellos y ellas también.
Haz lo que amas, ama lo que hagas
Toni Aznar