Razonamiento dicotómico. Consiste en evaluar una situación sin matices (bueno, malo; bien, mal; correcto, equivocado). En lugar de reconocer un continuo, la persona razona en términos de todo o nada y fuerzas sus evaluaciones en sistemas de dos categorías discretas y antagónicas.
- Por ejemplo, persona que piensa que ser criticado es totalmente negativo; persona que piensa que las cosas se hacen perfectas o no se hacen.
uno; la persona tiende a atribuirse fenómenos sin una base firme para hacer tal conexión.
- Por ejemplo,la persona que piensa que la gente que tose durante su charla es porque su charla es aburrida; persona que piensa que unas malas notas de su hijo es muestra de que es un mal padre o una mala madre.
Razonamiento emocional. Consiste en considerar las emociones o sensaciones como prueba de que algo es verdad o va a suceder: “me siento un inútil, por tanto soy un inútil”, “me siento culpable, por lo tanto he hecho algo malo”, “me siento abrumando y desesperanzado, por la tanto mis problemas no tienen solución”, “siento que pueden despedirme, por lo tanto es probable que lo hagan”.
Imperativos categóricos. Consiste en pensar que uno mismo, los otros o las cosas deben o no deben actuar o ser de determinada manera; se establecen así normas absolutas y se cierra la posibilidad a otras opciones. Se sobrestima lo malo que es no cumplir estos imperativos. Cuando uno mismo no satisface esos imperativos, se genera vergüenza y culpa; cuando no los satisfacen los demás, frustración, ira y resentimiento.
Tal como indiqué, continúan siendo errores por exageración, por dar demasiada importancia a cosas que no la tienen. Preferimos coger el camino "fácil" que es evitar pensar y reflexionar sobre nuestra forma de pensar e intentar cambiarla, preferimos culpar al otro o al mundo de nuestros males y ponernos en el papel de víctima y así ser consolados por los otros, pues piensan que consolando a la persona la están ayudando y, en parte, es un error. Consolar a la persona que sufre es humano, ayuda al que sufre a sentirse querido, pero cuando ese sufrimiento es exagerado e injustificado, está basado en errores cognitivos.
Una separación, la pérdida de un trabajo, un discusión con mi pareja/hijo-a/ jefe, son situaciones
incómodas, desagradables o frustrantes, pero en absoluto catastróficas o terribles. Porque si valoramos estas situaciones como catastróficas o terribles, ¿cómo valoraríamos situaciones real y objetivamente más terribles, como una enfermedad terminal, una violación, un intento de asesinato, un secuestro, un abuso a menores o la pérdida de nuestra libertad de forma injusta?
En conclusión, exageramos. Exageramos la importancia de lo que nos pasa, y para contrarrestar esta forma de pensar hemos de utilizar argumentos que nos ayuden a relativizar la importancia de lo que nos pasa.
Tenemos baja tolerancia a la frustración, queremos las cosas ya, aquí y ahora. Exigimos que la cosas sean como nosotros queremos que sean y si no es así, estallamos!!!!
Abrirse a la realidad de mundo sería un buen ejemplo para conseguir argumentos que nos permitiese valorar en su justa medida aquello que nos sucede en la vida.
Es cierto, no es agradable tener que enfrentarse a una separación, sin embargo, existen miles de cosas en la vida de las que puedo disfrutar!!! Además, ¿qué es una separación comparado con que en otras sociedades del mundo, las mujeres no tienen ni voz ni voto, donde un hombre puede matar a su mujer si sospecha que le engaña y barbaridades de ese tipo? Es evidente, que desde este nuevo punto de vista, un separación es una minucia, ¿no crees?
Haz lo que amas, ama lo que hagas
Toni Aznar
No hay comentarios:
Publicar un comentario