jueves, 5 de noviembre de 2015

Estabilidad emocional


Por estabilidad emocional se puede entender aquel estado en que tenemos una sensación de control sobre los acontecimientos de nuestra vida, por lo que reaccionamos y respondemos ante ellos de forma equilibrada y serena. 

Para ello, hemos de ser capaces de dar a las cosas la importancia que tienen, si tenemos diez tareas para hacer y las todas son “superimportantes”, normal que la situación nos desborde, nos genere estrés y falta de control de los impulsos y por ello, empezamos a sentirnos mal, ansiosos, somatizamos las preocupaciones y perdemos la confianza en uno mismo, con lo que nuestra autoestima se ve seriamente afectada. 

















Ante este malestar, es muy probable que reaccionemos de forma irascible con los demás y que estallemos a la primera “provocación” o adoptamos un papel de víctima, y no podemos dejar de llorar, lamentarnos y sentirnos desdichados, en una conducta de auto-condenación.

Otra de las características de las personas con cierta inestabilidad emocional es que no saben separar las distintas parcelas de la vida, los conflictos familiares los llevan al trabajo, a la pareja  o a los amigos y viceversa, con lo que se generan nuevos problemas en todos los ámbitos de su vida. Lógico que nos superen los acontecimientos!!!!

Suelen ser dependientes e inseguros, por lo que necesitan muchos pilares sobre los que apoyarse, y cuando uno de ellos falla, afecta a todos los ámbitos de su vida, tienen, por lo tanto, una baja tolerancia a la frustración.

Las emociones


Se considera que existen 8 emociones básicas: aceptación, ira, expectación, rechazo, temor, alegría, tristeza y sorpresa. Y que la  diferencia entre las personas estables y las inestables es la facilidad con que estas últimas oscilan entre la alegría y la tristeza, el temor y la expectación, la aceptación y el rechazo, la sorpresa y la ira. 

Existen cambios constantes del estado de ánimo que muchas veces o no tienen un motivo aparente para ese cambio o la intensidad del mismo no se corresponde con las causas que lo originaron, en definitiva, realizan una valoración exagerada y desproporcionada de la situación y sus efectos.

Pero para comprender la inestabilidad emocional, primero hemos de explicar la diferencia que hay entre las emociones y el estado de ánimo.

 Las emociones son más intensas y variables, casi siempre surgen como una respuesta inmediata ante determinadas situaciones del medio. Al contrario, el estado de ánimo es más estable a lo largo del tiempo, pero en la persona emocionalmente inestable, el estado de ánimo varía con frecuencia. Aunque se debe aclarar que la inestabilidad emocional es una característica de personalidad, no se considera un trastorno propiamente dicho.

Síntomas del desequilibrio emocional


  • Euforia. La persona experimenta un optimismo intenso, se ilusiona y motiva mucho, cree que será capaz de lograr cualquier cosa que se proponga.
  • Tristeza. La persona pierde la motivación y el interés por lo que le rodea. Se siente abatida, triste y no es capaz de experimentar placer, sensación de tedio e irritabilidad que termina dañando sus relaciones interpersonales.
  • Inconstancia. La persona con inestabilidad emocional emprende nuevos proyectos cuando se siente motivada y eufórica, pero que los deja a medias cuando entra en la fase depresiva ya que dejan de interesarle.
  • Baja tolerancia a la frustración. Dificultades para controlar las emociones y esa falta de auto-control termina frustrando a la persona tanto por sus comportamientos erróneos como por los efectos que estos tienen en sus proyectos de vida. Un simple comentario o gesto de otra persona es motivo suficiente para generar un estado de ánimo triste y frustrado e incluso tener arrebatos de ira. Esa reacción exagerada deja perplejos a los demás, que no saben cómo comportarse y prefieren evitar a la persona, que a menudo se queda sola.
  • Dificultad para separar las diferentes áreas de la vida, trasladando sus problemas a todas las otras áreas de su vida, cosa que genera más problemas aún. 
  • Inseguridad. Necesitan de otros en quien apoyarse para seguir adelante, cuando ese apoyo les falla, se sienten perdidas y enfadadas, por lo que se sienten engañadas y eso alimenta una profunda desconfianza hacia los demás.  la falta de seguridad y los problemas de autoestima hacen que la persona inestable emocionalmente ponga a prueba a quienes están a su lado, para saber si puede confiar en ellos. Como resultado, sus amigos o pareja suelen estar sometidos a una tensión y un escrutinio constantes que termina afectando a la relación. Disminuyendo, aún más, su ya baja autoestima. Estos continuos fracasos se suman a una larga lista de problemas que genera un círculo vicioso que intensifica los cambios de humor y afecta aún más a su autoestima.

Logrando el tan ansiado Equilibrio Emocional


Por regla general, el objetivo principal de la terapia para lograr el equilibrio emocional se centra en que la persona aprenda a manejar sus emociones y estado de ánimo. Para lograrlo se puede recurrir a la psicoterapia cognitiva, la relajación, la meditación y el mindfulness.

Dependiendo del caso, en la terapia también se puede trabajar para fomentar la autoconfianza, potenciar la autoestima y desarrollar la autonomía emocional, pero algo que tiene un fuerte impacto es que la persona aprenda a manejar sus expectativas, ya que unas expectativas irreales y exageradas aún generan más frustración, lo que desencadena los cambios negativos en el estado de ánimo. Por eso, uno de los objetivos de la terapia para tratar la inestabilidad emocional consiste en enseñarles a estas personas a manejar las expectativas y aumentar la tolerancia a la frustración.
"Vivir según las expectativas de otros es un suicidio"                                                                                                                                        Roberto Shinyashiki
De forma general, en terapia se trabaja para conseguir  alcanzar  un mayor equilibrio y estabilidad emocional, desarrollar una autoestima más sana, potenciar la autoconfianza, ser más asertivo en determinadas situaciones de alta frustración y aprender técnicas para gestionar el estrés y la ansiedad, ya que son dos estados que generan más desequilibrio emocional.

Y, evidentemente, aprender a controlar los pensamientos automáticos irracionales que generan emociones de desasosiego y angustia y afectan a nuestro estado de ánimo.

Haz lo que amas, ama lo que hagas

Toni Aznar

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