martes, 22 de octubre de 2013

ACEPTACIÓN CONDICIONAL Y ACEPTACIÓN INCONDICIONAL



Como habréis podido observar, todos estos aspectos que estoy desarrollando semana tras semana, a pesar de tratarlos de forma separada e independiente, están todos relacionados, es más, son interdependientes. Aunque durante la terapia psicológica se trabajen, con actividades específicas, el uno sin el otro difícilmente se pueden dar y además se alimentan y refuerzan unos a otros. Como ejemplo, es bastante improbable definirse como una persona tolerante pero con baja tolerancia a la frustración o tener una buena apertura mental pero tener muy claro siempre que está bien o que está mal.

Así, alegrémonos, esta interdependencia hace que los principales valores y principios que nos acercan cada día más a la felicidad se refuercen unos a otros por lo que, trabajando uno trabajaremos también los otros.

La aceptación incondicional es uno de esos principios que al asumirlos y esforzarnos por llevarla a cabo, harán que seamos más tolerantes, flexibles y aumente nuestra tolerancia a la frustración. Hemos de trabajar para conseguir que forme parte de nuestra filosofía de vida, que sea un factor importante a la hora de valorar cognitivamente los acontecimientos que nos sucedan en la vida.

Unos de los aspectos que yo trabajo mucho en terapia, es definir correctamente y de forma consensuada las definiciones de los conceptos que utilizaremos durante la sesión. Hemos de tener muy en cuenta que el concepto de "amor" desde mi filosofía de vida, puede tener un significado totalmente diferente a lo que es el "amor" desde otra filosofía de vida.

Para conseguir una A.I. adecuada, primero debemos diferenciar entre la Aceptación incondicional y la Condicional. Para tal caso, os presento un artículo recopilado en la web, creado por Gizella Rizo Patron Castillo que es claro y conciso al respecto. Espero que lo disfrutéis tanto como lo he hecho yo.


“LA ACEPTACIÓN CONDICIONAL Y LA ACEPTACIÓN INCONDICIONAL

Solo existen dos posibles opciones de autoaceptación: aceptarnos condicional o incondicionalmente.

La primera es la que la mayoría de personas escogemos, nos aceptamos solamente bajo ciertas circunstancias. Por ejemplo, cuando tengo el trabajo que quiero, cuando obtengo el título de mi carrera, cuando estoy flaca, cuando tengo pareja, cuando tengo reconocimiento,etc. Lamentablemente como seres humanos somo FALIBLES, esto significa, que las cosas también nos van a salir mal muchas veces más de las que quisiéramos. Entonces, si nuestra valía está directamente relacionada con nuestro éxito, tenemos un problema ya que es imposible tener éxito en todo lo que queremos. Sin embargo cuando hacemos algo simplemente por el hecho de disfrutar el camino, dándonos permiso para equivocarnos, nuestro nivel de ansiedad será menor y esto incluso nos permitirá tener un mejor desempeño.

La aceptación incondicional, no tiene condiciones, nos aceptamos simplemente por que somos seres humanos únicos. Sé que es difícil cambiar el “chip”, de aceptación condicional a incondicional, pero el esfuerzo vale la pena.

Un tema que ayuda mucho a esto, es separar las conductas del yo. Por ejemplo, si un día tengo un examen y no estudio, en lugar llamarme irresponsable, entender que efectivamente ese día me comporté de manera irresponsable y en futuras ocasiones puedo comportarme de manera responsables. Esto también nos va a liberar de las etiquetas que en muchas veces nos ponemos: soy irresponsable, entonces me comporto como irresponsable siempre que puedo. En ocasiones me comporto irresponsablemente y en otras ocasiones no, nadie es perfecto,¿verdad?
Por lo tanto, acepto este hecho, e intentaré ser cada vez menos irresponsable.”

Haz lo que amas, ama lo que hagas

Toni Aznar

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