miércoles, 10 de diciembre de 2014

Vale de celos


La mayor parte de la gente cree que los celos son un problema de inseguridad en uno mismo, de baja autoestima, pero está comprobado de que no es así. Los celos son un problema de excesiva monogamia.

Si pensamos que las relaciones sentimentales se sustentan ¡necesariamente! en la fidelidad, seremos hipercelosos. Esto es, sólo podremos disminuir los celos si somos capaces de aceptar que el sexo no es tan importante y que, por lo tanto, podríamos tolerar una infidelidad.


Si creemos que una infidelidad sería una humillación tal que no podría soportarlo, es porque hemos desarrollado una mística del sexo (en pareja) exagerada como si una infidelidad fuese una violación de un templo para fanáticos del Islam.

Para comprender mejor los celos en pareja podemos pensar en los celos de los niños porque se trata del mismo fenómeno. Cuando un pequeño odia la posibilidad de tener un hermanito lo hace porque cree que va a suponer una disminución del amor de sus padres. Éstos tratan entonces de convencerle de que hay amor para todos y que el nuevo hermano será un beneficio para él: tendrá alguien al que amar, con quien jugar y compartir la vida, un amigo para siempre. De esa misma forma, los
hipercelosos se han de dar cuenta de que:
  1. Tenemos una gran capacidad de amar, a nivel sentimental o sexual. Es decir, hay amor para todos.
  2. Podemos salir beneficiados de una infidelidad.
(Antes de seguir, tengo que hacer un apunte aquí. El trabajo de apertura mental que llevamos a cabo para disminuir los celos se trata de una tarea mental. Podemos seguir siendo monógamos y tener pactos de fidelidad, pero se trata de relajar la terribilitis que nos invade acerca del tema. Si conseguimos aceptar mentalmente la poligamia, reduciremos los celos y podremos ser unos monógamos serenos y felices).

Rafael Santandreu explica en uno de sus ejercicios para disminuir la emoción de los celos de un paciente cómo lo que hace. Mejor, que lo explique él:
"Vamos a hacer un ejercicio para disminuir los celos. Imagínate, en primer lugar, que tu pareja efectivamente hubiese seducido a una persona y que hicieron el amor. ¿Puedes verlo?Venga Imagínatelo. Visualízalo un momento.- Pues ahora viene lo mejor. Imagínate que tú, justo después, le haces el amor a esa persona y ¡tienes un gran orgasmo!" 
El resultado de este ejercicio es siempre sorprendente: a las personas les disminuyen inmediatamente los celos. Lo cual demuestra que esta fea emoción está basada en la posesividad.
Se dan casos en que las personas no pueden soportar que su pareja pueda desear a otras personas, aunque nunca se llegue a concretar ninguna infidelidad. Para ir bien, necesitan una pareja que solo tuviese ojos para ella!

En casos así, ¿se puede dejar de ser celoso? La respuesta es afirmativa. Todos podemos reducir esta estúpida emoción capaz de socavar la mejor de las relaciones, pero quizás más que nunca, ello nos exigirá una buena dosis de apertura mental: Imaginarse bien en la poligamia.

Vuelvo a repetir que los problemas de celos no son debidos a una baja autoestima,  se ha comprobado  que no es así. Los celos son un problema de excesiva monogamia.

Las personas que piensan que las relaciones sentimentales se sustentan ¡necesariamente! en la fidelidad, se vuelven hipercelosos . Esto es, sólo podremos disminuir los celos si somos capaces de aceptar que el sexo no es tan importante y que, por lo tanto, podríamos tolerar unos cuernos. En la medida en que seamos más monógamos, seremos más celosos.

Como en el caso de los celos infantiles, los celos de la pareja y los celos infantiles !son exactamente lo mismo!: ridículos. Posesividad infantil=posesividad conyugal.

Vuelvo a repetir que el trabajo de apertura mental que llevamos a cabo para disminuir los celos se trata de una tarea mental.

A continuación, os presento un caso real para que veamos como se trabaja esa apertura mental.

"Sobre este tema, puedo hablar de mi experiencia personal. Hace muchos años, yo era celoso. Más o menos, al nivel de todo el mundo. En alguna ocasión, había experimentado un ataque de celos ante la aparición, por ejemplo, de un ex de mi novia del momento y recuerdo, lo mal que se pasa, la mezcla de rabia, impotencia, violencia e inferioridad que se puede sentir. Al mismo tiempo, se trata de unas emociones que no tienen resolución porque no se puede hacer desaparecer a los antiguos novios o la posibilidad de que alguien nos sea infiel… Los celos son, pues, una clara emoción irracional porque ni siquiera tienen resolución.

En la actualidad, ya no siento esos celos: ¡qué descanso! Mi corazón se ha pacificado en ese sentido al aceptar mentalmente, en profundidad, que el sexo es solo sexo y que el amor no tiene porque parcelarse y limitarse…


Eso no significa que no me pueda molestar una infidelidad, pero sé perfectamente que sería capaz de perdonarlo. El amor se basa en el apoyo mutuo, en disfrutar de la vida en común, en hacer feliz al otro y no tanto en si ha tenido un orgasmo de más o de menos… El amor real y profundo de pareja es tan fantástico que es estúpido ponerlo en peligro por el mundano tema del sexo.

Como podéis ver, el trabajo es a nivel mental. Eliminar algunas de nuestras creencias o pensamientos, para no interpretar ciertas situaciones de forma errónea. situaciones que, por otro lado, no dejan ser frecuentes o habituales, ya que son relaciones sociales.

En definitiva, rebajar la importancia que damos al sexo, a la posesividad y a lo terrible que sería sufrir una infidelidad. principalmente entendiendo, aceptando e integrando que el amor es mucho más que sexo. El amor cubre de largo todo aquello que el sexo nos pueda aportar y lo que realmente es importante que exista amor ya que el sexo va y viene.

Haz lo que amas, ama lo que hagas

Toni Aznar





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