lunes, 4 de julio de 2016

¡¡¡¡Lo sabía!!!!


Si durante estas semanas he desgranado uno de los motivos por los que la mente se cierra sobre si misma y viva en el autoengaño: la economía metal o ley del mínimo esfuerzo son sus sesgos(atencionales, de memoria y perceptivos), hoy os presento uno de lo procesos metales más alucinantes y espectaculares que conozco: las profecías autorrealizadas, profecías de autocumplimiento, se las define de diferentes maneras.


La profecía autorrealizadas consisten en manipular la información de tal manera que se acaba confirmando la idea previa que yo tenía. Parto de una profecía o anticipación de algo que va a ocurrir (profecía:pienso que no voy a caer bien a los amigos de mi nueva novia), después hago todo lo posible para que la profecía se cumpla, casi siempre de manera inconsciente (conducta confirmatoria: me alejo, trato de manera seca y antipática al otro, anticipándome al rechazo). Ante mi conducta, aparece la conducta confirmatoria: la persona o el otro responde a mi trato antipático, seco o distante de manera indiferente o poco amable. Finalmente, ratificación de mi profecía: concluyo que tengo razón, que definitivamente no les caigo bien.


Damos por sentado lo mismo que queremos demostrar y alteramos los datos para que concuerden con las hipótesis. Recuerda que los esquemas, ideas o creencias, sean buenos o malos, tienden a perpetuarse y esta es una de sus maneras preferidas.

Por lo tanto, si tienes algún tipo de problema interpersonal, es probable que estés utilizando algún tipo de profecía de autorrealizada. Pregúntate de qué manera estás alimentando la controversia con alguien o hasta donde eres responsable de que las cosas no funcionen. 
Primero determina cuál es tu creencia base, lo que piensas de él o ella, y luego revisa si le has dado una oportunidad limpia a la relación. En ocasiones ponemos trampas a la gente que no queremos para alimentar la inquina, aversión, enemistad, animadversión, rencor, tirria, animosidad, antipatía, manía, ojeriza, odio, rabia, asco: “se lo merece”, “te dije que era una mala persona”.

La rabia que se alimenta a sí misma es como una epidemia. El nicho afectivo-emocional que habitamos suele estar determinado en gran medida por nuestros propios comportamientos. La mejor manera de pelear contra la profecía autorrealizada es darle una oportunidad a los hechos sin nuestra interferencia. Que la vida decida.

Hay miles de situaciones a las que nosotros mismos le damos el final que queremos, y esto sucede en todo ámbito tanto familiar, comercial, amistad, etc.

Lo que los padres y las madres esperemos de nuestros hijos tiende a cumplirse; lo que los Gerentes y jefes o supervisores tienden, a esperar de sus trabajadores tiende (valga la redundancia) a cumplirse.

En definitiva, lo que tú esperas de la VIDA, por regla general,  tiende a cumplirse. Por tanto, necesitamos tener expectativas constructivas que nos permitan sacar lo más brillante de quienes nos rodean, para obtener lo siempre lo mejor.

 haz lo que amas, ama lo que hagas

Toni Aznar

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