lunes, 12 de mayo de 2014

Pautas para reconocer el pensamiento irracional


Los psicólogos cognitivos, partimos del supuesto teórico de que nuestro malestar emocional es producido por nuestra forma de pensar erróneas, es decir, utilizamos pautas de pensamiento poco adaptativas, que generan en nosotros emociones y sentimientos muy negativos, que hacen que nuestros comportamientos sean completamente irracionales, exagerados e inútiles en muchas ocasiones para solucionar una situación, a priori, conflictiva.

A esta forma de pensar, hemos de añadir que nuestra mente no funciona de forma lineal (causa-efecto), sino que lo hacer de forma circular (causa-efecto y ese efecto influye en la causa que a su vez influirá en el efecto, y así sucesivamente).

Por lo tanto, una forma muy útil y en la que yo instruyo a mis pacientes de forma importante, es detectar cuando ante una determinada situación, sus pautas de pensamiento son irracionales, es decir, extremas, radicales, catastrófico...



En definitiva, y para localizar y hacer conscientes muchas de esas ideas irracionales, que se caracterizan por ser FALSAS POR EXAGERADAS, INÚTILES PORQUE NO NOS AYUDAN A SOLUCIONAR EL PROBLEMA Y GENERADORAS DE MALESTAR EMOCIONAL.

Así, os dejo este conjunto de pautas de pensamiento basadas en la obra   "Teoría y Práctica de la Terapia Racional Emotivo-conductual." Lega,Caballo y Ellis, para que sepáis cuando estáis siendo irracionales y cuando no.

1. Radical/extremo. Las cosas se ven en términos de “blanco o negro”, sin posibilidades intermedias. Si la persona falla en un comportamiento, se ve a si misma como un fracaso. De la misma manera, se ve como un ser superior y “fabuloso” si funciona bien en un papel.

2. Muy generalizado. Las conclusiones se extienden más allá de los datos empíricos de una situación determinada y es común la utilización de términos como: “nunca”, “siempre”, “todo el mundo”, “nadie”, etc. O, unido al pensamiento extremo, se refiere a si mismo o a los otros como: “estúpido”, “malo”, incompetente”, etc.

3. Catastrófico. Los acontecimientos negativos se exageran hasta adquirir dimensiones de verdaderas catástrofes. Se utilizan expresiones como “espantoso”, “terrible”, “trágico”, “el fin del mundo”, lo peor”, etc. En estos casos se ignora la capacidad que tiene para afrontar las situaciones.

4. Muy negativo. En los casos en los que solo se tiene en cuenta los aspectos negativos de la situación, llega a predicciones sobre un futuro “vacío”, “sin esperanza”, etc., donde se juzga así mismo y a los demás de forma muy dura. Es el caso típico de aquel que solo ve que el vaso está medio vacío y no se da cuenta de que también está medio lleno.

5. Muy distorsionado. Se da en los casos en los cuales la persona “descubre” evidencias en aspectos o detalles mínimos y, si fallan las “antenas” y no encuentra datos, los fabrica.


6. Poco científico/confuso. Se produce cuando se ignora la evidencia empírica, utilizando solamente la evidencia distorsionada y subjetiva, donde los sentimientos, y no los hechos, son “prueba” para juzgar las intenciones de los otros, predecir el futuro, etc.

7. Totalmente positivo/negación de lo negativo. Se da en los casos en que la persona se convence a sí misma de que los problemas no existen, de que ciertas “cosa no son importantes” (cuando si lo son) o de que no “siente nada negativo” (cuando es obvia la situación de problema).

8. Extremadamente idealizado. Se produce cuando la visión de la realidad es exageradamente “romántica”, con expectativas irreales sobre sí misma, la familia, el trabajo, la vida en general, etc., realmente imposibles de lograr.

9. Extremadamente exigente. Se dan en personas que “deben”, “tienen que” obtener lo que quieren de sí mismas, de los demás y del mundo en general, cuando y como quieren, sin tener en cuenta nada más que el propio deseo.

10. Obsesivo. Se produce cuando un pensamiento repetitivo parece lo más, si no lo único, importante para una persona, perdiendo su productividad, su capacidad de concentración, etc.

Todos estas pautas que os he nombrado, su principal característica es la exageración. Es decir, todos, en ocasiones, podemos pensar de alguna de estas formas, y no por eso necesitamos ayuda psicológica. La cosa se complica cuando, cualquiera de estas formas de pensamiento, son más la costumbre que la excepción, es entonces cuando nuestra forma de pensar comienza a ser desadaptativa, nuestro comportamiento no es el más indicado, por lo tanto, no obtenemos los objetivos que esperamos ni las respuestas deseadas, ésto, nos creará malestar emocional y si no detectamos el origen de este malestar de forma adecuada, puede tener lugar la situación de circularidad que comentaba al principio del artículo.

Haz lo que amas, ama lo que hagas.

Toni Aznar

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