Hoy
me gustaría presentaros a Walter
Riso. Un profesional de la psicología que explica de forma muy
clara y contundente cómo funciona nuestra mente y porqué actuamos
como actuamos.
Tanto
yo como todas las personas que nos dedicamos a ayudar a las personas
a recuperar la salud, el equilibrio y la alegría de vivir a través
de la terapia psicológica coincidimos con él en que sí, es posible
cambiar la mente.
Podemos
cambiar nuestra mente porque tenemos:
a) el don de la razón,
b) la capacidad de reflexión autodirigida,
c) la autobservación y
d) la habilidad de pensar sobre lo que pensamos (metacognición).
a) el don de la razón,
b) la capacidad de reflexión autodirigida,
c) la autobservación y
d) la habilidad de pensar sobre lo que pensamos (metacognición).
Estas
cualidades, nos permiten darnos cuenta de los errores que hemos
cometido y como evitar que vuelvan a suceder, por lo tanto, a
desaprender algo (mal) aprendido. Para desaprender algo lo haremos
aprendiendo otra cosa nueva.
Os
preguntaréis cómo puedo cambiar mi mente, cómo desaprendo algo que
llevo años haciendo (mal) para hacerlo mejor.
Riso
no dice que la mente debe hacer 3 cosas esenciales:
- Dejar de mentirse a si misma a través del realismo.
- Aprender a perder a través de la humildad.
- Aprender a discernir cuando se justifica actuar y cuando no: sabiduría.
Según
Riso, la mente humana es perezosa, tiende a perpetuarse, se deja
llevar por
su parecer y con una alta propensión al autoengaño.
En cierto sentido, creamos el mundo y nos encerramos en él. Vivimos
enfrascados en un diálogo interno interminable en el que la realidad
externa no siempre tiene entrada.
La
mente no es un sistema de procesamiento de la información
amigable, predecible y fácilmente controlable, como ocurre con
muchos ordenadores; nuestro aparato psicológico tiene
intencionalidad, motivación, emoción y expectativas de todo tipo. La
mente es egocéntrica, busca sobrevivir a toda costa, incluso si el
precio es mantenerse en la más absurda irracionalidad.
Anthony
de Mello decía que los humanos actuamos como si viviéramos en una
piscina llena de mierda hasta el cuello y nuestra preocupación
principal se redujera a que nadie levantara olas. Nos resignamos a
vivir así, limitados, atrapados, infelices y relativamente
satisfechos, porque al menos mantenemos los excrementos en un nivel
aceptable. Conformismo puro. La auténtica revolución
psicológica sería salir de la piscina, pero algo nos lo impide, el
pensamiento que nos prohíbe ser atrevidos y explorar el mundo con
más libertad está enquistado en nuestras mentes:”Más vale malo
conocido que bueno por conocer”.
En
la terapia psicológica, se ofrecen argumentos para contrarrestar esa y otras
creencias, herramientas que nos ayudan a percibir la realidad en su justa medida y de forma completa, sin sesgos, ya que “lo malo conocido” en realidad no se conoce en su totalidad.
creencias, herramientas que nos ayudan a percibir la realidad en su justa medida y de forma completa, sin sesgos, ya que “lo malo conocido” en realidad no se conoce en su totalidad.
La
mayoría de gente mostramos alta resistencia al cambio. Preferimos lo
conocido a lo desconocido, puesto que lo nuevo suele generar
incomodidad y estrés. Todo crecimiento está vinculado a un
grado de sufrimiento. El cambio requiere que desechemos durante un
tiempo las señales de seguridad de los antiguos esquemas que nos han
acompañado durante años, para adoptar unos nuevos comportamientos
para los que no estamos tan familiarizados, ni nos generan tanta
confianza.
Las
teorías o creencias que hemos elaborado durante toda nuestra vida
sobre nosotros, los demás y el mundo, se adhieren a nuestra mente,
se mimetizan y las convertimos en verdades absolutas. Le
hacemos demasiado caso a la creencias que nos han inculcado desde
pequeños. Si toda la vida te han dicho que eres un inútil, es
probable que tu mente se crea el cuento y organice una base de datos
sólida alrededor de la incompetencia percibida. Entonces, decir:”soy
un inútil” es mucho más que una opinión, es una revelación
convertida en dogma de fe.”Si mis padres y mis amigos lo dicen, por
algo será”. Así nace el
paradigma, es decir, la certeza incontrovertible de que soy como me
han dicho que soy.
¿Que
modifica una creencia irracional? La realidad, se impone de
manera
correctiva, los hechos nos muestran de forma irrefutable lo
absurdo de algunas de nuestras creencias. Una experiencia vital vale
más que mil palabras. Esos argumentos de los que anteriormente
hablaba y que se ofrecen durante la terapia psicológica, harán que
tengamos esa experiencia vital tan necesaria, la que provocará la
modificación de esa creencia irracional que puede estar amargándonos
la vida.
El
camino es aquietar la mente e inducirla a que se mire a si misma de
manera realista. Una mente madura, equilibrada y que aprenda a
perder. Una mente humilde, pero no atontada. Una mente abierta al
mundo, vigorosa y con los pies en la tierra.
Al
menos tres aspectos influyen para que la mente se cierre sobre sí
misma y viva en el autoengaño, según Riso,las cuáles las explicaré
en los siguientes artículos. De momento creo que con esta introducción
tenemos material suficiente para reflexionar sobre nuestra mente,
cómo funciona y pensar sobre si W.Riso tiene razón o no.
Haz lo que amas, ama lo que hagas
Toni
Aznar
No hay comentarios:
Publicar un comentario